Uno de estos días, estoy segura que sin darme cuenta, pretenderlo o simplemente quererlo, me levantaré renegando de mi vida o de mi suerte. Diré que estoy cansada y que toda la energía de mi cuerpo se ha escapado para ir a parar a cientos de horas de prácticas del grado por las mañanas, más las miles de horas de trabajo ordinario y montonero por las tardes. Ese que paga mi techo, mi alimento y sobre todo mi armario. Ese que es inevitablemente necesario.
Pero la verdad es que espero que para ese día falte muchísimo. Hoy ha sido mi segundo día de prácticas, y aunque debo decir que, aunque me parece una norma abusiva para el estudiante y totalmente desterrable de la costumbre de este país, hoy he aprendido muchísimo. No digo que no deban existir las prácticas en un grado superior o medio o en la facultad sin más, pero 34 créditos (cada crédito equivale a 10 horas), para aprender un oficio, sin derecho a retribución económica y obligatoriamente necesario para obtener el título, deja en una posición de mártir mudo, silenciado e indefenso al estudiante, que en ocasiones me aterra.
Pero el que avisa no es traidor, y yo ya he pasado antes por esto. Aprendí de mis errores y esta vez haré todo lo posible para que sea mejor para mi misma.
Cuando fui a la entrevista, (sí, aunque no te vayan a pagar y tengas que regalarles cuatro meses y medio de tu vida a una empresa por la que jamás te interesaste, ellos, deciden si tú les gustas o no), me arreglé un poco, escogí un total black, 100% Amancio-Zara, y me planté allí, con el poco inglés que arrastro desde el colegio hasta la universidad y el sin fin de intensivos de verano y clases particulares, para al final descubrir que puede que aunque la vida se empeñe en decirnos que no, hay mil sitios en los que puedes encajar o ser perfecta para el puesto. Eso sí, yo creo que la presencia es lo que mejor habla de nosotros antes de abrir la boca, o empezar con esa frase típica de..."hábleme de su experiencia....."
Espero que el lunes os haya tratado como a las princesas guerreras que sois. Feliz semana.
Estaba cayendo la noche, por eso es tan rara la luz en las fotos, pero le doy las gracias a mi amore, que siempre encuentra un ratito para echarme una mano y hacerme feliz.
No me canso de mis botas, me las pongo muchísimo.
Esta americanade Zara fue amor a primera vista, estaba rebajada 20€ por debajo de su precio original y aún así me pareció carísima, pero ya sabe....¡¡el amor!!